El sport look ha llegado para quedarse. Si ya está totalmente asumido que las zapatillas de deporte llegaron para quedarse en nuestro armario y podemos combinarlas a la perfección en nuestro armario, las chanclas, como extensión del concepto anterior (donde la comodidad es el valor que todo este tipo de calzado conjuga), siguen el mismo recorrido.
Da igual si estamos hablando de chanclas planas o con cuña o sandalias con plataforma, en definitiva estamos hablando de un producto con una imagen muy marcada y un concepto de uso definido que está traspasando sus fronteras.
Al igual que el camino recorrido por las flip flop, que pasaron de las playas brasileñas al asfalto de medio mundo, unas chanclas planas típicas de piscina rematan cada día el vestuario de las más atrevidas. Porque eso sí que hay que reconocerlo: Hay que tener un punto de locura o ser muy arriesgada para usar estas chanclas en un entorno alejado del propio ámbito al que está asociadas: las playa. Pero siempre hay “valientes” que apuestan por romper concepto y, al final, acaban marcando tendencias que al final todos asumimos.
Y es que ello viene motivado, entre otras cosas, por el uso de un abanico cada vez más amplio de opciones, colores, alturas (cuñas y plataformas), adornos, tiras de fantasía, plantas acolchadas, tiras trenzadas con forros de piel… ya no estamos hablando del concepto predefinido que todos podemos tener en la cabeza de una chancla de playa lisa sencilla de goma… estamos hablando de un concepto mucho más amplio: Un concepto trabajado a 2 alturas (chanclas planas para las más tradicionales o chanclas con cuña para las más arriesgadas), que ofrecen múltiples estilos y multiplican las posibilidades de nuestros looks.
Ahora bien, hay que saber combinarlas para no parecer un bicho raro y eso pasa por conjugarlas con sencillez en el resto de prendas (un vestido blanco o negro siempre será una apuesta segura), aportar un toque femenino en el resto de prendas (faldas, blusones,…) o combinarlas con esas prendas que siempre te quedan bien (esa camiseta favorita que todas tenemos, esos vaqueros que siempre que podemos recurrimos a ellos,…)
Aun así, aunque sigamos estos consejos, combinar una chanclas (del tipo que sean) en nuestro vestuario diario será siempre una apuesta diferente y ¿arriesgada?... pero ya sabéis aquello de quien no arriesga no gana.
Si eres de las menos atrevidas, siempre quedará la opción de usarlas para la playa… esa apuesta es winner
Da igual si estamos hablando de chanclas planas o con cuña o sandalias con plataforma, en definitiva estamos hablando de un producto con una imagen muy marcada y un concepto de uso definido que está traspasando sus fronteras.
Al igual que el camino recorrido por las flip flop, que pasaron de las playas brasileñas al asfalto de medio mundo, unas chanclas planas típicas de piscina rematan cada día el vestuario de las más atrevidas. Porque eso sí que hay que reconocerlo: Hay que tener un punto de locura o ser muy arriesgada para usar estas chanclas en un entorno alejado del propio ámbito al que está asociadas: las playa. Pero siempre hay “valientes” que apuestan por romper concepto y, al final, acaban marcando tendencias que al final todos asumimos.
Y es que ello viene motivado, entre otras cosas, por el uso de un abanico cada vez más amplio de opciones, colores, alturas (cuñas y plataformas), adornos, tiras de fantasía, plantas acolchadas, tiras trenzadas con forros de piel… ya no estamos hablando del concepto predefinido que todos podemos tener en la cabeza de una chancla de playa lisa sencilla de goma… estamos hablando de un concepto mucho más amplio: Un concepto trabajado a 2 alturas (chanclas planas para las más tradicionales o chanclas con cuña para las más arriesgadas), que ofrecen múltiples estilos y multiplican las posibilidades de nuestros looks.
Ahora bien, hay que saber combinarlas para no parecer un bicho raro y eso pasa por conjugarlas con sencillez en el resto de prendas (un vestido blanco o negro siempre será una apuesta segura), aportar un toque femenino en el resto de prendas (faldas, blusones,…) o combinarlas con esas prendas que siempre te quedan bien (esa camiseta favorita que todas tenemos, esos vaqueros que siempre que podemos recurrimos a ellos,…)
Aun así, aunque sigamos estos consejos, combinar una chanclas (del tipo que sean) en nuestro vestuario diario será siempre una apuesta diferente y ¿arriesgada?... pero ya sabéis aquello de quien no arriesga no gana.
Si eres de las menos atrevidas, siempre quedará la opción de usarlas para la playa… esa apuesta es winner